Un Amor bajo la luna y un Te Quiero junto al mar


Regálate el placer de recorrer una isla, a la luz de la luna, caminando de la mano de otra persona, y que esa persona, sea, tu otra mitad.
Imagínalo así, va la mujer cubierta con un vestido vaporoso y transparente, una transparencia que deja ver una silueta, tentando la mirada de aquel hombre, un vestido que le llega a la rodilla y tiene los hombros descubiertos, sus cabellos se mueven con la brisa, que acaricia toda su piel, ella sonríe, por la felicidad que embarga su corazón.
Allí a su lado va aquel hombre, grande y fuerte, que la ama, y con su mirada la cubre de deseos; deseos de abrazarla, de cuidarla, de protegerla y de hacerla feliz..., este hombre va vestido con un short tipo bermuda color blanco, una franelilla azul eléctrico y una mirada profunda, que va al tono con la sonrisa de ella.
Allí van ambos, jurándose amor eterno, cosa que acostumbra a hacer el ser humano, ¿por qué?, porque en realidad el amor es eterno, somos las personas las que cambiamos el rumbo de esa realidad, de ese sentimiento, de esa pasión..., de, ese amor. Sí, somos nosotros con nuestra mezquindad y nuestra miserable forma de actuar que cada dia agredimos y atentamos, contra el amor.
El nace limpio, bonito, claro, transparente, y va creciendo de manera progresiva, tomando cuerpo y forma de niño, por lo tanto es inocente e inofensivo, pero, cualquier atrocidad puede llegar a lastimarlo, y, ese niño puede fallecer antes de llegar a convertirse en hombre.
Para que el amor progrese, y siga creciendo, hay que cuidarlo con ternura, paciencia, cariño y mucha sinceridad, dando cada dia mas respeto y valor a ese ser amado, sin engaños, ni burlas que puedan perturbar, a aquel, que te atreves a llamar tu otra mitad, y que además, dices amar.
Aquella pareja tan linda que salió a caminar a la luz de la luna, ha provocado la envidia de los astros presentes en ese momento, su amor es tan sublime que entre ellos no cabe, nisiquiera un rayito de luna. Se aman, se pertenecen, se admiran, se desean y se compenetran a realizar su gran sueño.
Entre caricias soñadas y bocas que no emitian palabras, la luna, las estrellas, la brisa y todo el firmamento fue testigo de la mas bella entrega. Y tan sólo el agua del mar, con su suave roce, logró llegar a la playa, y tocar los pies de aquellos dos, que en cada suspiro decían: "TE QUIERO"..."TE AMO"..."TE DESEO"...Chao.

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