EL TREN DE TU VIDA...


Desde que abrí los ojos por primera vez, siempre, y desde que tengo uso de razón, me ha encantado la navidad, que época mas bella y preciosa, aunque aquí en mi Ciudad no cae nieve, yo imagino siempre una navidad, con lluvia de nieve, fría y enternecedora, con faroles en las calles encendidos alumbrando el camino de las personas que transitan y de los vehículos que ruedan por las vías, la navidad me hace sentir una gran paz interior, me gustaría que todo el año fuera navidad. Y sobre todo por las sorpresas y los regalos y la unión familiar y de hermandad de unos con otros, y por santaaaaaa!!!, siiiiii!!!, santa claus o papá noel...que bellooooo!!!, me encanta ese gordo de barba blanca y carita de felicidad, y no importa que la gente diga que no existe, para miii, si existe, al igual que los principes azules, porque todo lo que tu crees que existe, algunas veces no es porque lo ves, sino porque está en tu interior, en tu corazón y tu ser lo hace posible...

Traigo este espectáculo de sentimientos a colasión porque, quiero hablarles de un tren, y me gusta mucho una película que se llama "EL EXPRESO POLAR"...que película mas bella, ahí es época de navidad, pero sólo recorde ese momento porque el verdadero expreso lo llevamos a diario en nuestro andar.

Uno va por la vida como si fuera en un tren, en un viaje largo, a veces decimos que la vida es un ratico, y puede ser que sí, pero mas corto se hace ese trayecto por lo rápido que la vivimos. Fijense, si vamos en un tren de pasajeros y no charlamos con nadie, no compartimos con nadie, no queremos ni mirar, porque cerramos los ojos, y que, para descansar en el viaje, aja!!!, pero cuando ya se nos acerca la meta final, osea cuando ya vamos a llegar, si queremos platicar y compartir, no contando que ahora nuestro acompañante, quiere descansar..., siempre vamos actuando en función de nosotros mismos, de nuestros propios intereses, de nuestros gustos y placeres, de nuestra razón de vivir.

Montémonos un ratico en el tren de la vida...mira lo que hay ahí, hay muchas personas o podríamos llamarlos mejor, seres vivos, porque el hecho de ser un ser humano con sangre y respiración, no nos da el título de persona. Bueno vamos montados en el tren y vemos muchos cuerpos en representación de un sentimiento: angustia, pasión, soledad, hermandad, miseria, mezquindad, calumnia, venganza, agresividad, tristeza, alegria, esperanza, envidia, necesidad, avaricia. Creo que me quedé corta al nombrar los sentimientos humanos, pero no quiero incidir mucho en esto, porque lo que verdaderamente quiero plasmar es que, en ningún momento nombre el RESPETO ni el AMOR...y por qué será?, bueno no nombré esto porque este sentimiento tan puro y maravilloso, sólo lo tiene y lo sabe reflejar muy bien el chofer del tren, ¿y quién es el chofer del tren?, pues no es otro que nuestro maravilloso e inigualable DIOSSSS!!!...

Me gusta ir a diario en este tren, y con la compañía que voy, y me encanta mi chofer, por que estoy segura que al momento de dar parada al tren para que alguien se baje, no dejara que ni la lluvia, ni el sol, ni ningún agente externo nos dañe, y lo mejor de todo que en nuestro interior llevaremos siempre una palabra de afecto y consuelo, brindándonos su amor y apoyo...Chao.

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