Toda la vida ha existido el camión que pasa por las calles de la ciudad, y va recolectando las bolsas de basura acumuladas en cada esquina, ahí van unos hombres que recogen la bolsa y la lanzan dentro del camión, otras veces pasa un camión volteo recolectando chatarras, que igualmente son recogidos por unos señores, esas chatarras son acumuladas por las personas en cada vivienda, y además de afear el sitio, es propenso a formar nido de animales rastreros, entre ellos: ratas, ratones, cucarachas, cotejos, gusanos, arañas, chiripas y hasta zancudos, ya que en algunas chatarras hay depósitos de agua que crean esos zancudos.
El sitio en donde llevan la basura o chatarras, y la arrojan, es un terreno amplio, nauseabundo y maloliente, donde hay personas, que separan la basura por tipo o categoría, hacen grupos de plásticos, papel, ropas, zapatos, hierros, vidrios, cartón, enlatados, paquetes de comidas, animalitos vivos como pollitos, juguetes, sillas, mesas, artefactos eléctricos. etc.
Todo esto lo hacen con el firme propósito de revender, para sobrevivir, ya que de esa manera obtienen un ingreso, y es un empleo al fin y al cabo, ahí como en cualquier sitio hay un jefe o varios jefes, uno por departamento, y subalternos y asistentes de los subalternos, casi siempre menores de edad.
Lo bueno de este sitio es que : 1-es alejado de la ciudad, 2-pueden reciclar objetos, 3-lo desechable lo queman y lo convierten en abono para la tierra y, 4-es una fuente de empleo, y lo que yo veo, no muy bueno, es que, al ser un sitio relacionado con la basura o desperdicios, asisten personas de baja calaña y conducta indeseable, propensos a la delincuencia y con vicios de psicotrópicos y alcohol.
Tomando este tema como referencia y reflexión, y analizando un poco la vida humana, me pregunto yo, ¿sería necesario tener un camión recolector de basura de nuestras vidas?, o, ¿nosotros mismos podemos separar los desperdicios y reciclar lo que sirve o no?. Yo creo que vamos absorviendo o acumulando sentimientos de todo tipo dentro de nosotros, a veces son benignos, a veces malignos o dañinos.
Si agarramos y separamos las categorías, podríamos darnos cuenta de cuales vale la pena reciclar y cuales desechar, tomando en cuenta que aquí también hay un jefe que es Dios, un subalterno que es uno mismo y el auxiliar del subalterno que es el medio ambiente , y, el estímulo que pueden ocasionar de afuera hacia adentro.
Nuestro camión recolector(el alma), va conducido por un chofer(nuestro cerebro), lleva varios trabajadores (acciones y sentimientos) que a su vez pasean por las calles de nuestra vida y recogen y lanzan los desperdicios a un camión(nuestros órganos vitales), es necesario vaciar ese camión, ya que de no ser así se rebosaría y colapsara, y por otra parte, también es bueno que los trabajadores recojan nuestra basura o chatarra para evitar el cúmulo de desperdicios que dan alojamiento a todo bicho rastrero dañino...Chao.
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