Detrás del humo de un café...


Hoy desperté, creo que muy temprano, porque cuando no concilio el sueño , mi mente viaja por lugares recónditos de un pasado y un presente que no se hilvanan..., hay algo que me inquieta, no se lo que es, pero mi cuerpo me avisa que revise. Entonces decido tomarme un café y pensar un poco en lo que podemos divisar como un conflicto emocional, donde los sentimientos se cruzan y no se logra aclarar nada.
Aquí estoy, sentada en un extremo de la mesa del comedor de la casa, me tomo un cafecito rico, humeante y con sabor a pensamiento, tras esa cortinita de humo veo a la distancia a mis dos hijos gemelos.
Allá está Saúl Gerardo en mi pc, y en un mueble de la sala está Nelson Gerardo, viendo t.v., ambos distraidos, absortos en su mundo, en su diario vivir, en lo abstracto de un abrir los ojos, levantarse, hacearse, ir al liceo, venir, comer, distraerse y dormir nuevamente..., así transcurren los dias.
Por mi mente pasa una película de añoranza, porque la soledad embarga y la melancolía se apodera de mi, hay recuerdos que afloran y hacen reflexionar, hay momentos que revivo y hacen suspirar, pero entre un recuerdo y un momento , mi piel exige una caricia, un abrazo, un amor constante, un ser humano, que aunque me vea imperfecta, me diga que soy la mejor creación que Dios ha hecho.
No considero que un ser humano necesite de otro para poder vivir, porque Dios nos hizo a imagen y semejanza de el, por lo tanto tenemos las herramientas necesarias y básicas, para desenvolvernos y caminar firme sobre este bello y maravilloso planeta tierra.
Además ninguna persona esta presto para convertirse en adulante de otro, y llegar al extremo de ser su subdito, pero con todo y eso, yo soy de la opinión y comparto la idea, de que, todos merecemos un mínimo de respeto, y el hecho de dar y no esperar nada a cambio, no significa que no des la respuesta al estímulo.
Me explico, si das atención, deberías recibir atención, si das amor deberías recibir eso mismo, si das ignorancia, no deberías recibir menos, y, si das un diario vivir, compartir, entender y apoyar, como mínimo, deberías recibir una sonrisa y una mirada tierna, acompañada de una palabra dulce y reconfortante, como el cafecito que me tomo hoy.
Hoy se me ocurre mirar a mi alrededor y veo que sólo soy una mamá, a tiempo completo, con tres retoños, si, tres, que necesitan de mi aún..., bien sea para acompañarlos o para dirigirlos. Y me pregunto yo, ¿cuándo crescan y vuelen como los pichones del nido..., estaré aún en esta tierra para ver sus frutos?..., yo creo que si, porque la vida con todo su esplendor siempre da la satisfacción de disfrutar lo que sembraste, y lo que he sembrado es hijos..., porque aún sigo sola...Chao.

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