No hagas, lo que no te gusta que te hagan...


Toda una vida puedes pasar compartiendo ilusiones, satisfacciones, alegrías, lógros y triunfos, y puedes toda esa vida ser risueño, y en completa armonía, pero, basta que otro individuo toque un ápice de tus sentimientos, y todo, pero todo, puede llegar a derrumbarse, y no significa que derrumbarse es o sea, suicidarse, autoagredirse, castigarse, atormentarse o simplemente lanzarse por el barranco de la desolación.
Pues no, derrumbarse significa, decepcionarse, perder la historia, osea, se acabó el cuadernito donde escribías versos de amor, te comiste el último pedacito de chocolate que te quedaba, se te soltó el globo de colores de la mano y se te fue muy alto, y, lo perdiste.
Un dia estás, y te dices, bueno aquí estoy, y continúas el rumbo, y en el umbral de un sentimiento, te encuentras con un muro, que fabricaste para protegerte de los enemigos, pero, resulta que ese muro tampoco deja que pase, ni un rayito de sol.
Miras a un lado, miras al otro, y no hay nadie, o sí puede haber mucho, pero para ti, todo es transparente, invisible, efímero y vacío. Nosotros los humanos nos damos el lujo de hacer cosas que lastiman, maltratan, agreden o hieren a otro semejante a ti; y continúas tu rumbo, sin darte cuenta que la vida es un bumerang, que un dia lanzas y regresa al punto de partida, osea, lo que haces se te puede devolver.
Entonces seguimos viviendo a razón de mil burlas por hora, dos mil traiciones por minuto, tres mil maltratos por segundo, sin fijarte que el bumerang asignado a ti, cuando naciste, está ahí, esperando a ser lanzado para, regresar a tu mano, o a tu vida, cargado de lo mismo que tu lanzaste, y de pronto, dependiendo de la brisa que haya, vendrá de vuelta, con mayor intensidad.
No deberíamos esperar a ver algo perdido o a punto de perderlo, para valorarlo, y, mucho menos haberlo perdido, para andar luego, detrás de lo irrecuperable, detrás de lo que pudo ser y no fue, o de lo que fue y no cuidaste. Todos tenemos errores y defectos, por el simple hecho de ser humanos, pero, también todos tenemos una segunda oportunidad en la vida, no se, si merecemos o no esa oportunidad, pero igual la vida nos la da.
Hoy me doy cuenta que das mucho y recibes poco, das poco y recibes mucho, das y recibes, o simplemente cosechas lo que siembras, según sea el caso, pero, a la final, en cualquier circunstancia, da dolor, ver que tus manos están vacías por el simple hecho de dar, dar, dar, dar y dar, y, todo se esfumó. Necesitamos un equilibrio, para no llegar a lamentarnos mañana..."NO HAGAS LO QUE NO TE GUSTA QUE TE HAGAN"...Chao.

0 comentarios:

Publicar un comentario