El padre del psicoanálisis Freud dice que el "YO", como tal, y en primer plano, desde el espacio psíquico individual, lo llamamos "EGO". Nuestro yo interno va de la mano del interés que tiene todo ser humano de sobrevivir, con ese instinto de supervivencia nacemos, basta que lo desarrollemos, o tengamos algún estímulo externo que provoque la acción.
Pero si por el contrario nuestro ego, perjudica, porque pasa al plano del yoismo, entonces se convierte en egocentrismo(exaltación exagerada de la propia personalidad), llegando al punto de convertirse en egoísmo(excesivo amor hacia uno mismo, causando atención desmedida para su propio interés), culminando entonces en una psicopatía, llamada, egolatría(adoración excesiva de uno mismo).
Podemos abservarnos al espejo y decirnos, que valemos mucho , podemos recibir halagos de nuestros semejantes y de nuestros iguales, diciéndonos lo mucho que valemos y somos importantes, como persona, ser humano e individuo, podemos compartir experiencias vividas, soñadas, imaginadas, creadas, inventadas o copiadas, sin llegar a creerte el plus ultra, porque la vanidad es la madre e la arrogancia, la cual quita el valor a la sabiduría.
No hay nada mejor que ser una persona humilde, de esas que comparten, ayudan, velan por su propio interés, y por el de la persona que es igual a ti, y no solamente te dedicas a absorver ayuda del otro y cuando ya no necesitas ayuda..., crees tu, comienzas a ignorar, a barrer escombros, recogerlos y botar al cesto de la basura.
Olvidas que la vida es como la espuma del ace(jabón en polvo para lavar), un dia hay espuma elevada y al rato, pasa la brisa, sopla y zuazzzzz, se acabó..., pero no podemos olvidar que en el fondo del balde está el jabón, y en realidad es ese el químico que blanquea la ropa y la deja limpia y olorosa, en nuestra vida ese químico, está representado por nuestra propia esencia, por nuestro interior, nuestro "YO", pero no un yo, con super ego, mas bien un ego con super "YO", donde predomine los valores, y las estrictas condiciones de salubridad sentimental, que hagan un ser humano excepcional...Chao.
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