Y si la vida tuviera botón de reinicio? ...


Te levantas un dia, y dices?, hola dios, aquí estoy, y dios te responde: ¡ hola hij@!, bienvenid@ a la vida. Pues ayer me desperté, me vestí con ropa ligera, de color azul, el color de la brisa, el color del cielo, el color del mar..., y fui derechito a la playa, tomé prestadas las olas del mar, con espumita blanca y todo, pareciera que las robé, pero no.
Las coloqué en una bolsa negra, y las guardé en mi habitación, ahí están, calmadas y llenas de ese olor peculiar, se oyen risas y cuchicheo, y me imagino que las risitas son porque ellas pensarán al igual que yo, que la gente las extraña, y que alguna persona por ahí, hoy se siente sin vida, al pararse frente al mar y no verlas navegar.
Muchas veces te torturas por las cosas inexistentes, por lo que a diario no tienes, por lo que dios en su gran bondad te ofrece, y no valoras. Pues la tortura es decisión propia, así como perder algo que te de vida, o te haga sentir que hoy es un dia nuevo, que debes vivir como si fuera el último.
Hay que vivir, con escasez y abundancia, con tristezas y alegrías, con penumbras y luz, con risas y lágrimas, con sol y luna..., con mar o sin el. Y como quien dice la última palabra es el creador, podríamos imaginar entonces que cada dia nos invita a bailar, cantar, reir, mirar, y, oler las maravillas del universo, palpando a cada instante con el alma y los sentimientos que existe un dios, que es inevitable saber que está ahí, hasta debajo de las tumbas.
Aún siguen buscando las olas perdidas del mar por ahí, por toda la ciudad, hay sirenas de emergencia, hay gritos de soledad, hay preguntas inexplicables, hay personas silentes, hay miradas asombradas..., hay sirenas esperando que el mar vuelva a ser el mismo, al igual que los peces.
Lo que nadie sabe es que el mar es el mismo, con y sin olas, porque a pesar de no tener ese susurro, tiene su recuerdo..."Los recuerdos son como la sal, la cantidad correcta, da sabor a la comida, un exceso la arruina". Paulo Coelho.
No deberíamos detenernos en pequeñeses, en cosas vanas y sin sentido, si tienes un mar brillante y armonioso delante de ti, que importa que tenga olas o no, que importa si es de dia o de noche, en realidad lo que importa es que ahí está, ancho y profundo, sin malicia ni interrogatorios, solo está.
Así mismo es la vida, un ir y venir de cosas, un tener y perder, un mar con inexistentes olas muchas veces, y , si la vida tuviera botón de reinicio?, eso pensamos muchas veces, no por exigentes, sino por temerosos de enfrentar lo que nos da el dia a dia.
No es necesario tener la opción de un botón de reinicio, por qué?, porque talvez se podrían perder ciertas informaciones importantes y necesarias, que luego nos harían falta.
El reinicio nos conlleva a olvidar y obviar ciertos detallitos, mas vale cerrar una ventanita y abrir otra, o cerrar una página y abrir otra, porque ni reiniciando podrás evitar ahogarte en tu propia locura, con o sin olas...
Yo diría mas o menos que mas vale tomar una decisión y mirar bien a tiempo, que tener que reiniciar, y que cada comienzo sea natural y positivo, sin pulsar el botón de reinicio...Chao.

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