Aferrándonos a nuestra tela de araña...


Tomados de la mano del creador, vamos cada dia por la vida, amaneciendo y anocheciendo, muchas veces sin saber a donde ir, y otras, por un camino cierto y claro, directo a su encuentro, porque no hay nada mas fácil que ir por el camino junto a el, es tan fácil, que si cerramos los ojos y pensamos en el, emitimos palabras mágicas como su amor, y brotan de nuestros labios, murmullos del alma, suaves murmullos que llamamos oración. Así es la forma de comunicación con lo alto.
Orar alivia las penas, calma las tempestades y magnifica la presencia de Dios. Y cuando creemos que todo acabo, pues, es donde en realidad comienza la salvación, porque si no lo sabian, la salvación no es que te agarren por una mano y te saquen del hueco, eso es liberarte de la muerte, la salvación es otra cosa, es sentir la paz espiritual desde el fondo de tu corazón y brotando por tus poros, hasta llegar al olfato, y sentir que Dios está al mando.

Conocí de una historia, de una familia que se despertó una mañana, con ruidos de lluvia...y...


...Aquella mañana nos despertamos al sonido de una recia lluvia acompañada de un fuerte viento. Al correr la cortina para echar un vistazo hacia afuera, yo descubrí que una hermosa araña negra y amarilla había tejido su telaraña afuera del marco de la ventana. La observe por un instante. Ella parecía indiferente a la tormenta. Parecía quieta mientras se aferraba a su telaraña oscilante.

Cuando hubo una calma en el viento, la araña comenzó a reparar y a agrandar su telaraña. Cuando el viento empezó de nuevo, dejó de trabajar y volvió a aferrarse a su telaraña.

MORALEJA:

Aprendamos, pues, una lección de esta débil criatura. Nosotros también nos aferramos a la débil telaraña de la vida y a veces nos sentimos acosados por las tempestades, las pruebas y el desaliento. Aveces parece como si la tormenta fuera a destruirnos.

En lugar de permitir que nuestros corazones se llenen de temor y desesperación, pongamos nuestra mirada en nuestro padre celestial y confiemos en él con la confianza de un niño. Confiemos que él en su soberanía sabe lo que más nos conviene a nosotros y esperemos pacientemente a que pase la tormenta. Luego podemos continuar nuestro trabajo tranquilamente, según Dios dirija.


CON VUESTRO PERMISO HAGAMOS UNA ORACION JUNTOS.

Señor, tú sabes lo que más nos conviene. Enséñanos a aceptar cualquier cosa que tú nos mandes. Ayúdanos a no permitir que las circunstancias nos destruyan, sino más bien ayúdanos a confiar en tu promesa que tú estarás con nosotros hasta el fin.

YO Rafaela digo:..."CUBANY AMOR"... No os preocupeis que , ¡¡¡ Dios está al mando !!!.

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. --Romanos 8:28...Chao.


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