...O te ahogas o aprendes a nadar.



Hoy como siempre, leí una frase de PAULO COELHO, y, ¡¡¡ que frase !!!, "Lo que ahoga a alguien, no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en el". Observamos y por naturaleza, todos tenemos poderes que muchas veces parecen sobrenaturales, eso es lo que comúnmente le llamamos milagros.

Esto sucede según nosotros, en ciertas personas, porque desde pequeños, hemos sido educados a creer, que solo ciertas personas tienen dones muy especiales, pero también dijo nuestro creador, que fuimos hecho a imagen y semejanza de el, osea, esto quiere decir que si nos proponemos, todos tendríamos los mismos poderes, sobrenaturales.

Ahora, que sucede en realidad ?, lo que sucede es que todos a pesar de haber sido creados con la misma fuerza interior, tenemos diferentes cualidades, y eso nos limita a un espacio reducido, a un mundo cerrado, a un YO, sin intentar expandir en positivo, lo que aflora desde nuestro interior.

Nuestra mente piensa, nuestras ganas desean, nuestro cuerpo solicita, nuestras manos pueden alcanzar pero, nuestra limitación, que es, la que usamos como excusa, y podríamos llamarla miedo, nos arropa de tal manera que nos detiene en un punto negativo, y nos sienta a ver el tiempo transcurrir, y lo peor, sin hacer nada.


Obviamente no puedes crear un universo como lo creó nuestro Padre, pero si podrías crear un universo a tu alrededor con ilimitadas posibilidades.

Tampoco podrías tener el poder que el Padre le dio a la madre naturaleza, de poder hacer estremecer la tierra y realizar temblores que muchas veces dañan nuestro habitat, pero si podrías con tu actitud, estremecer el mundo de muchas personas a tu alrededor y, sin causar daño.

Nunca podrás aspirar tener tantas riquezas como nuestro Padre Celestial, pero en la simplicidad está la riqueza del universo, y con humildad y amor todo se logra, recuerda que Jesús en la tierra no poseía nada y era el hombre mas rico.

No tendrás jamás, una fuerza sobre humana para mantener suspendido en el universo planetas, estrellas y astros, pero si tendrás la fuerza suficiente para cargar tu cruz a diario, entre una vicisitud y otra, porque no nos dará Dios una prueba que no podamos soportar, porque conforme nos da la prueba nos da la salida.

Lo mejor de todo, es que no tendrás la luz omnipotente que posee el Creador en el cielo, pero, si puedes dar luz y guía a otros con tu luz interior.

Esta oración me hace recordar un escrito que publicó una locutora ( FRANCIS GUZMAN) de mi emisora preferida Salsera fm 96.3, que se oye en mi Ciudad, un escrito con contenido vibrante y sabio, algo relacionado con un señor ciego, que recorría las calles de la Ciudad donde el vivía, un tipo de sereno, que va por las calles oscuras y solitarias con una lámpara de aceite, alumbrando el camino de todo aquel que pasara junto a el.

El no llevaba la lámpara para él, porque ya conocía la oscuridad de memoria, la llevaba para su prójimo, ya que de una u otra forma, al alumbrar el camino de los demás se beneficiaba él, porque así no lo tropezaban o le hacían daño, en las oscuras y solitarias calles. Y, además las personas podían guiarse, transitando libremente, camino a su destino. Ofrecía un servicio comunitario, y con tal limitación.
Alumbrar el camino de otro no es nada fácil y muchas veces, no es ni certero, ya que con solo ser irrespetuoso y mezquino, podríamos causar la mayor oscuridad existente.



La reflexión es, que aunque parezca que no lo necesite el otro, dale de tu luz, tu armonía y buena vibra, nunca sabemos cuando esa luz que brindamos es para salvar una vida...Chao.











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