Lastimosamente, las personas relacionamos las lágrimas con el dolor, con la tristeza, con cosas que nos hacen o nos hicieron daño, y muchas veces brotan al sublime pensamiento de algún mal recuerdo.
No obstante, también las lágrimas brotan, cuando hay alguna emoción satisfactoria, por ejemplo, cuando nace un hijo, cuando oímos un poema, cuando leemos una carta bonita, cuando nos dan una declaración de amor, cuando nos felicitan en el cumpleaños, alguien muy especial, cuando conseguimos llegar a nuestra meta..., etc.
Me podrían decir que es cierto, que las lágrimas brotan de cualquier emoción agradable o desagradable, pero que mas rápido brotan en los momentos desagradables, y es cierto, a razón de que, somos mas sensibles, cuando estamos tristes, o simplemente la tristeza se demuestra mejor de esa manera.
He podido observar que cuando estamos alegres, muchas veces no es necesario las lágrimas, porque con una brillante sonrisa, un caluroso abrazo, un despampanante salto, o un agigantado y satisfactorio grito, demostramos, cuan alegre estamos..., ahh!!!, y que me dicen de una radiante mirada, que con su brillo turba cualquier rostro, pero por contagiarlo con la emoción.
Yo me pregunto, y me voy un poco mas allá de lo conocido, como dice mi blog, bueno, yo me pregunto, ¿ y si las lágrimas fueran de chocolate?, que pasaría?, yo me imagino que llorariamos mas o simplemente disfrutariamos los estados tristes, cierto?.
Y me vuelvo a preguntar..., ¿ y por qué, no imaginar que son de chocolate, y ver los estados de tristeza, como algo bueno, o por lo menos algo para reflexionar?, no se, digo yo...
Yo parto de la idea absoluta que no todo en la vida es maldad, y si existiese un poquito de esta, que no nos haga tanto daño, como ella cree.
Si las lágrimas fueran de chocolate, serían dulces, ricas en calorías, precisas y justas para el alma, sabrosas y agradables al paladar, y, muy energéticas. Entonces no causarían desesperación ni opacarían la sonrisa a nadie. Les voy a contar una historia.
"Una vez existió un hechicero, allá en un lejano pueblo, le encomendaron la misión de fabricar una poción mágica para la alegría, y el hechicero, no sabía que agregar a lo que ya el tenía preparado, entonces se le ocurrió, caminar de noche por el bosque y visitar aquella inmensidad, que con su misterio, daría la respuesta.
Al pasar de un rato sintió una brisa helada y astringente, que provocaba susto, vio moverse los arboles, caer las hojas, y al ruido de los troncos, logró captar una sonrisa, fue un ápice de ruido, algo que nadie captaría, sólo aquel que con su belleza interior, y sus ganas de buscar alegría y compartirla, podía oir..., y la atrapó.
Ya está listo, dijo el hechicero, y fue hasta su cabaña, y preparó aquella poción mágica, para dar felicidad a los pueblerinos, y la gente se preguntaba, ¿ que sería aquello que causaba tanta alegría en las personas?, y el hechicero, guardando silencio, sólo pensaba, ¿ cómo decir que con 3 sonrisas y un poco de buen humor bien tierno, podrías hacer frente a todos los males?, pues nadie lo creería. Así que no perdería el tiempo con explicaciones, y volvería a viajar de noche al bosque, cada vez que fuese necesario, allá junto al roble, donde el viento trae de cuando en cuando alguna sonrisa fresca"...
Nuestro mayor obstáculo para ser felices, somos nosotros mismos, con nuestras preocupaciones vanales y nuestros malos sentimientos, por lo tanto debemos saber que todas las cosas tienen su lado bueno y su lado malo, pero seriamos mas felices, si buscamos las cosas buenas en todo. La alegría y el entusiasmo son el mejor motor para conseguirlo, y tienen la ventaja de ser contagioso, y ampliar nuestros afectos.
Por eso es que deberiamos ir por la vida alegres, satisfechos y orgullosos de estar vivos, agradeciendo al Padre, la gran generosidad de darnos en el aquí y en el ahora, todas las maravillas que el universo nos provee.
No desmayemos, no desistamos, y tengamos presente que..."EL BUEN HUMOR Y UNA SONRISA, SON LOS MEJORES INGREDIENTES PARA HACER FRENTE A LAS ADVERSIDADES"...Chao.
